lunes, 20 de abril de 2009

Y EN ABRIL, AGUAS ..... FRIAS

Como no soy muy festero, ni me identifico con las fiestas de primavera de Murcia (esto último nos pasa a una buena parte de los cartageneros que vivimos aquí), el martes día del Bando de la Huerta no se me ocurrió otra cosa mejor que irme a nadar al mar, ya que es y seguirá siendo mi talón de aquiles en esto del triatlón, y cuanto más tiempo le dedique a esta disciplina, mejor que mejor.

El caso es que me acompañaron mi mujer y mis cuñados Carmela y Marcos, éste último el que inmortalizó el momento histórico: mi primer baño (en mar) de la temporada. Como se aprecia en las fotos, el estado inmejorable, ya que los vientos de poniente que tuvimos, a primera hora de la mañana se dejan sertir muy suaves, y como la Playa de Levante de Cabo de Palos está totalmente resguardada de estas corrientes de aire, ahí tenéis el resultado: como una auténtica piscina, aguas cristalinas dignas del Caribe, pero .....HELADA COMO UN RAYO, JODER!!!

Desconozco la temperatura exacta del agua, ya que nunca antes me había remojado a primeros de abril, siempre obediente a los consejos de mi madre "hasta el cuarenta de mayo...", pero para mí, campeón de entre los más frioleros, debía estar como un puto gintonic, y os garantizo que los pies y las manos se entumecían hasta doler, y no tuve más remedio que utilizar guantes y calcetines de neopreno. Así las cosas, pude dedicar casi una hora al entreno real (nada que ver con la piscina). En esta imagen salgo despavorido para coger ese material. Menos mal que lo tenía en la mochila, sino me habría tenido que conformar con un baño, pero de arena y sol en la orilla. El helor era insoportable, y no me explico de dónde salen esos machotes y machotas (como diría la Ministra de igualdad) que se tiran al mar cantábrico a pelo, en pleno invierno, en aguas mucho más frías que las nuestras, y salen tan contentos, como si tal cosa ¿FRIO, QUÉ FRIO, ANDA LA HOSTIA...? que dirían algunos.

En fin, pude tener mi primer contacto de la temporada con las sensaciones del mar, del traje, y demás, como la orientación, y comprobar que sigo siendo un auténtico patán en este medio. A pesar de las horas de piscina que llevo este invierno, que algo habrán mejorado mi técnica (eso espero), está muy claro que lo mío no es la natación. Pero bueno, hay que seguir, el objetivo está día vez más cerca, y este año espero no tener experiencias como el abandono en barco del Triatlón de Cartagena del año pasado, o hacer casi un km nadando a lo perro (para ser exactos hasta la boya de los 800) como en el medio Ironman de Mónaco, y que casi me cuesta salir del agua fuera de control.

Pero un sacrificio tan importante para el nene, y para la compañía (que siempre soportan mis "friolidades" con resignación), no podía tener mejor recompensa: un arrozico en Cabo de Palos. Buenísimo.