Tras una semana tranquila, con los entrenos programados, incluída una salida con las flacas con José Fdez-Pacheco por Sierra Espuña, el martes, y la insustituíble mota de los miércoles, otro duatlón más a la saca. El sábado me presenté en Alhama para participar en el Duatlón Cross que organizaba esa localidad murciana, y con bastante puntualidad, como casi siempre, a las 16:30 se daba la salida a esta prueba.
El recorrido a pie del primer segmento (5.000 m), sencillo, de dos vueltas, sin problemas, incluso me encontré mejor de lo que creía, con una salida rápida, y entrando en boxes en un puesto razonable de la primera mitad. Por los tiempos realizados, debí correr algo por debajo de 4:00 min/km, que no está mal para un fondista.
La transición un poco torpe y lenta, ya que tardé en abrocharme el casco, y las zapatillas de la bici resultaron un poco más complicadas de poner de lo que yo me creía, al final me subí con ellas sueltas y perdiendo algo de tiempo para ponerme el cierre del pie derecho, y el del izquierdo se quedó suelto. Cuando conseguí coger un buen ritmo de pedal, enganché con los dos que tenía delante, y los pude adelantar, entrando en la zona de rambla y tierra, con un tramo difícil de subida, donde la mayoría de mi grupo se bajaron, pero que yo conseguí superarlo al no peder la tracción, por lo que adelanté algún puesto. Después, un tramo de falso llano, para rodadores, donde alguno me pasaba, hasta que comenzó la primera subida de verdad, un tramo complicado con piedras, pero que eligiendo bien los desarrollos permitía pasarlo sin penurias, hasta llegar al trasvase, asfalto en unos kms de llano y se salía hacia la derecha, con una bajada rápida y algo peligrosilla (luego supe que en esa zona cayeron más de 10 corredores), pero como yo no me jugaba nada, lo pasé casi tranquilo y sin sustos, un giro, y de nuevo subida, esta más larga, hasta el trasvase de nuevo, por un tramo más técnico que el otro, y algo más duro, pero eligiendo bien la trazada tampoco tenía más dificultad. En el alto, el trasvase en sentido contrario, y salida hacia Alhama, repitiendo el mismo rápido y peligroso tramo de antes, con cuidadín, otra vez rambla en sentido contrario, y asfalto hacia el casco urbano, en dirección boxes....
Entrada en la zona de transición, esta vez más rápida, me quité las zapatillas de la bici y me puse las de running, sin tropiezos, con agilidad, saliendo del sector por donde me indicaban, y a correr, buscando un ritmo rápido pero llevadero que no me obligara a parar por desfallecimiento (las fuerzas ya estaban justas), y tomando como referencia a unos tres corredores que tenía por delante, a unos 200 metros, les gano algo de terreno, y eso me anima, por detrás, no siento a nadie echándome el aliento, por lo que creo que puedo mantener el puesto, y así es, casi 3.000 metros después, entro en la meta en 1:28, el 44º de la general, y el 8º de mi categoría, donde el podio está muy caro, con dos veteranos recién llegados a la cuarentena , y un tercero, que andan como reactores y que se están disputando los puestos a muerte, llegando a meta entre los diez primeros de la general, es decir, demasiado rápidos para plantearme ninguna aspiración en la Liga Regional de Duatlón. Tendré que esperar tres años y ver cómo se presentan las cosas cuando pase a disputar con los cincuentones.
Así las cosas, el domingo, a disfrutar, que no todo van a ser competiciones, y me fuí con José Manuel al Coto, y regresamos a Murcia por Alto Real, pero esta vez sí, por fin hemos encontrado el enlace con la rambla y pudimos salir hasta Molina sin pisar el asfalto. Via verde y para casa.
Aquí os dejo a José Manuel en pose pensativa, la verdad que una mañana estupenda...
El próximo y último Duatlón, el del domingo en Jumilla, porque el de Puerto Lumbreras se ha suspendido. No hay mal que por bien no venga, así es que el día 7 de noviembre estaré en la Media Maratón de San Javier, con el amigo Miguel y con mi hermano Feli.
Ciao.