Sábado en el Duatlón de Caravaca y domingo en La Inmortal de Caudete, como estaba previsto y anunciado.
En Caravaca todo estupendo, hasta el tiempo nos respetó a pesar de la amenaza de lluvia para esas horas según todas las previsiones. Por lo demás, uno de los DU más bonitos (por no decir el que más) del circuito. La carrera a pie por las Fuentes del Marqués, y el segmento ciclista con el puerto (no se como se llama) que hay en la Carretera Caravaca a Moratalla, sensacionales.
Estos perfiles, dicen que más duros, con subidas, son los que mejor me van, por lo que el resultado final ha sido un buen puesto (10º) en mi categoría V1.
En Caudete, al día siguiente, otro día que parecía de encargo. Fuimos Riqui, Paco Mallorquín y el menda, con las tres burris en mi tanque (burro grande...). En este caso, las previsiones del tiempo adelantaban sol y temperatura agradable. Así fue, y con el horario un poco justo porque andaba confundido y creía que la salida se daría a las 9:30 cuando en realidad era a las 9:00 (la foto del cartel lo ponía bien clarito), llegamos a tiempo para coger el dorsal y a la salida. Buen ambiente, y un recorrido conocido, aunque con los años ha ido sufriendo algunas modificaciones, al final ha quedado un circuito que, desde mi punto de vista, es PERFECTO! Tiene lo justo de duro, lo justo de técnico, lo justo de distancia, lo justo de pista, lo justo de senderos...
Puedo asegurar, y llevo a mis piernas más de veinte marchas, rutas y carreras de MTB diferentes, que no hay un circuito tan completo como el que han diseñado los organizadores de LA INMORTAL. Felicidades!
La ruta fue como esperaba, ritmo tranquilo, esperando a los amiguetes, y disfrutando del día. Solo una anécdota, la rotura de la tija de Riqui, que en el último Km (gracias a Dios), se quebró por debajo del sillín, y casi se nos destroza por todas sus partes (las más y las menos nobles). Menos mal que solo tuvo desgarro de culote, que requerirá la destreza de una madre abnegada y zurcidora, pero sin más consecuencias para su persona. Total, que así, con el sillín en la mano, y sin poder sentarse, entró en Meta tras los 60 kms, con un tiempo de 4:17. El efectivo de pedal, descontando los parones, casi una hora menos.
Como manda la tradición, recogida de regalos y al coche para guardar material y adecentamiento general, después, al gazpacho manchego que siempre comemos allí mismo, en Caudete, en un modesto pero agradable y barato restaurante del pueblo. El final perfecto para otro fin de semana completico.
Ahora, a bajar algo el volumen para ir encarando LAS FORTALEZAS, antes, el Duatlón de Jumilla y alguna cosilla más. Ya os cuento...
Ciao