jueves, 10 de junio de 2010

"ESTOCOLMO, UNA CIUDAD Y UN MARATON INOLVIDABLES


Y es que tan bonita es la ciudad como impresionante su Maratón. No solo por la participación, de las más nutridas del calendario internacional, con sus más de 20.000 inscritos, sino porque el recorrido, de dos vueltas por el casco urbano y un bucle por una de las amplias zonas ajardinadas que tienen, no deslucía lo más mínimo, sino todo lo contrario, un ambiente festivo-deportivo que solo he encontrado mejorado en otra carrera, la mítica e imprescindible de Nueva York.

Lo más bonito y emocionante de la de Estocolmo, sin duda, la entrada final y meta en el precioso Estadio Olímpico, repleto de público aplaudiendo. Aquí estoy posando, precisamente en ese mágico lugar, donde se batieron más records del mundo.


A todo eso añadir un trato exquisito, avituallamientos y atención en carrera extraordinarios, puestos de animación abundantes, y un gran ambiente, vísperas de la fiesta nacional, con una ciudad volcada en todos los eventos (además del de la boda de su princesa). Todo ello hacía olvidar la dureza del perfil, que no tenía casi nada de llano. Os pongo la información del GPS, donde podréis ver con más detalles lo que cuento sobre el recorrido.
En cuanto a mi carrera y sensaciones, como esperaba, 3:25, siendo el 1.436 de la general, algo alejado de mi mejor tiempo, pero ese no era el objetivo. Así, sin pretensiones, me coloqué en un cajón de salida de gente más lenta, por lo que tuve que remontar poco a poco, pero una vez en mi sitio, y a un ritmo tranquilo, me encontré con otro cartagenero, Juan Ernesto Peña, del Maratón Cartagena, que me identificaba por la inconfundible indumentaria, y desde ese momento, que debía ser sobre el Km. 7 aproximadamente, seguimos juntos, charlando de nuestras cosas, hasta casi el km 30, donde Juan me animó a seguir por mi cuenta y aplicar un ritmo más fuerte, y así lo hice, dejándome llevar por el instinto, y apretando un poco hasta el final, gastando en esos últimos Kms lo que me había reservado. En definitiva, un recorrido que, gracias a la buena compañía y amena conversación de Juan Ernesto, y de ese entorno incomparable, resultó de lo más entretenido y ameno que había hecho hasta el momento. Además, he comprobado en los resultados oficiales que él también terminó estupendamente e hizo un tiempazo de 3:33, rebajando un disparate de minutos su mejor marca en esta larga distancia. ENHORABUENA!!

Por mi parte, una más a la colección, que ya son siete (sin contar los de los triatlones), con la particularidad de que ésta última, como puede verse, venía sin cinta. Eso sí, mas grande y gordita que las otras.

Ahora de nuevo en casa, a retomar el entreno, que han sido demasiados días de parón (cuatro), y si me dejan más tiempo por allí, a base de salmón y helado, me pongo como un oso nórdico.

Ciao,